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Una ampliación de ese estudio, publicada por el diario EL MUNDO el pasado 12 de diciembre, nos muestra algunas de las características del modelo educativo finlandés, el mejor ejemplo a imitar por España si quiere salir de la crisis educativa por la que atraviesa y que se refleja en el fracaso escolar de los últimos años. En Finlandia, con el mejor sistema educativo del mundo, la piedra angular de la enseñanza es el profesor. Con un buen sueldo, pero también con una excelente formación y motivación para impartir sus conocimientos entre los alumnos. Las fuertes inversiones del Estado, en formación del profesorado y en medios, ayudan a los educadores a realizar su tarea. En las clases finlandesas, a diferencia de las españolas, hay una generalizada ausencia de competitividad. Los alumnos practican la solidaridad con sus compañeros más retrasados en los estudios con absoluta normalidad y los profesores se aseguran de que ningún alumno se quede atrás. En la siguiente tabla se pueden observar algunas de las características que diferencian al sistema educativo finlandés del español.
Gratuidad absoluta El Estado finlandés invierte en la formación obligatoria de sus estudiantes 40.866 euros, 5.711 más que el español. La gratuidad de la enseñanza obligatoria en el sistema finlandés es absoluta e incluye, no sólo los salarios de los profesores, sino todo tipo de material escolar, desde los libros hasta los lápices. La total financiación alcanza también a los escasos centros privados que existen. Además, todos los estudiantes tienen derecho a una comida caliente que garantice su correcta alimentación y, si el alumno vive a más de 5 kilómetros, el centro garantiza su transporte. Por otra parte, los padres pueden elegir con casi total libertad el colegio de sus hijos, aunque apenas existen diferencias significativas entre los diferentes centros. En España, sin embargo, los padres han de pagar los servicios complementarios en las escuelas públicas, donde la enseñanza es gratuita (comedor, material escolar, transporte, etc.). Y los conciertos educativos establecidos con centros privados no gratuitos permiten a los padres reducir algunos gastos. Inversiones en formación y medios Con el objetivo de mejorar el rendimiento de los alumnos en matemáticas y ciencias, las autoridades educativas finlandesas pusieron en marcha en 1996 un programa que incluía una exhaustiva formación del profesorado y una mejora de la enseñanza, dirigida a conseguir formar a los alumnos de una forma práctica. Para ello, se invirtió mucho dinero en modernizar los laboratorios de los colegios e institutos, adquiriendo ordenadores y programas informáticos más actualizados. El profesor, la piedra angular Pero si algo caracteriza el perfecto funcionamiento del sistema escolar en Finlandia, es el profesor, piedra angular del éxito finlandés en materia educativa. “Se ve enseguida que un profesor está motivado cuando te anima a estudiar y siempre parece feliz. Ah, y no nos mandan deberes”, dice una alumna que ha participado en el estudio. La buena formación técnica y humana de los profesores garantiza unos excelentes resultados. Para dar clases se les exige una titulación universitaria de carácter superior. Ser maestro de Primaria requiere 6 años de carrera universitaria. Además, el hecho diferencial básico con respecto a otros países es que un profesor finlandés debe tener una formación dirigida, no sólo a poseer unos perfectos conocimientos de la materia que imparten, sino también a ser unos expertos en Pedagogía. De hecho, en Finlandia los profesores son considerados como los profesionales más importantes de la sociedad. Más lectura y menos televisión Por lo que respecta a los hábitos de los alumnos, tres de cada cuatro niños finlandeses de 15 años afirman leer todos los días por el mero placer de hacerlo. A diferencia de otros adolescentes europeos, prefieren hojear los periódicos, las revistas, los cómics a las obras de ficción. Además, la televisión y videojuegos no entran en sus hábitos diarios y mucho de su tiempo libre lo pasan con otros amigos discutiendo sobre los deberes. A las nueve de la noche ya están en la cama. Solidaridad vs competitividad Otra de las peculiaridades, casi única en Europa en los tiempos que corren, es la extrema generosidad que caracteriza a los estudiantes finlandeses: Contra competitividad, generosidad. “Si alguna de nosotras no ha tenido tiempo de estudiar suficiente o hay algo que no entiende, las demás se lo explicamos. Cuidamos una de otra... Si algún compañero se siente cansado y no tiene ganas de seguir todos los demás le animamos y tratamos de ayudarle”, dice la misma alumna del estudio. Se trata de una de las claves de la equidad del sistema educativo en Finlandia. Una labor conjunta de padres y profesores que se esmeran por enseñar a sus hijos y alumnos que lo más importante no son los resultados espectaculares, el éxito individual o el agravio comparativo, sino la solidaridad hacia sus compañeros y el éxito colectivo. De hecho, las diferencias en las puntuaciones son muy escasas entre los mejores y los peores alumnos finlandeses. “No dividimos a los alumnos entre los que van mejor y los que necesitan más tiempo. Aquí todo el mundo es igual. No hay repetidores. No dejamos que ninguno se quede atrás. Si se nos presenta un problema con algún estudiante, lo tratamos inmediatamente con los demás profesores, sus padres, el director del colegio y un psicólogo”, confirma una profesora que ha colaborado con el estudio. Alumnos, profesores, padres y administraciones; todos a una para conseguir un sistema educativo que es la envidia de Europa y un buen espejo en el que España debe mirarse con detenimiento. |
profe que suerte los de irlanda ¿no? profe
ResponderEliminarsoy ana